Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), fue el protagonista en la jornada final de los Cursos Europeos de Verano celebrados en el Colegio de Médicos de Pamplona. La expectación de los asistentes era máxima ante la relevancia del papel institucional del invitado y por el deseo de verle agasajado con el premio Navarra Puerta de Europa otorgado por los organizadores de las jornadas, Equipo Europea y Fundación Diario de Navarra.
Le entregaron el galardón Soledad Núñez Ramos, subgobernadora del Banco de España; Pablo Zalba Bidegain, comisario de los cursos; Alfonso Bañón Irujo, presidente de la Fundación Diario de Navarra; y Gonzalo Martín Fernández, presidente de Equipo Europa. Tras unas palabras de reconocimiento a su contribución en la política pública tanto en el ámbito nacional como europeo, De Guindos comenzó su intervención destacando su vínculo con la Comunidad foral, dado que fue durante unos años profesor asociado de la Universidad de Navarra. También ha asumido que recibía el premio en nombre del propio BCE, cuya creación la ha definido como «uno de los mayores avances en el proceso de construcción europea».
El vicepresidente del BCE entró a fondo en materia al reconocer que el mundo se encuentra en uno de los momentos más delicados de los últimos años, incluso hablando de «un cambio de paradigma» que va a obligar a Europa a resituarse en el ámbito internacional. «No solo por los desafíos externos, sino también por los internos como, por ejemplo, el populismo que avanza en muchos países europeos», ha alertado. En su análisis sobre la situación de la economía, De Guindos ha reconocido que la incertidumbre sigue ejerciendo una poderosa influencia que dificulta hacer vaticinios fiables.
Uno de los puntos en los que más insistió fue la repercusión del acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea, que ha dejado «un sabor agridulce». «En la parte positiva, se evita una escalada guerra comercial. Reduce la incertidumbre tanto para la inversión, como el consumo y la exportación. No obstante, representa también un empeoramiento de la situación anterior, ya que pasamos de unos aranceles efectivos por encima del 14% frente al anterior 3%», ha explicado. Eso sí, admitió que era «el mejor acuerdo posible» o «el mal menor» a la espera de lo que pueda salir del acuerdo comercial de Trump con China.
Por otra parte, evaluó que la inflación está estabilizada en Europa, pero ha alertado que las políticas proteccionistas de Estados Unidos pueden tener consecuencias a medio y largo plazo. «El incremento de los aranceles es un elevar los impuestos a las importaciones. Su impacto no es fácil de analizar, pero se puede decir que no es bueno. El libre comercio ha sido uno de los pilares sobre los que se ha sustentado la prosperidad mundial de las décadas pasadas», señaló.
En cuanto a la evolución del precio del dinero, decidió mostrarse prudente. «No se prevé una evolución clara de los tipos de interés. Vamos a ir reunión a reunión. La globalización ha sido un proceso deflacionista desde hace veinte años, pero no va a continuar con la misma intensidad. Habrá que considerarlo. También los riesgos para la establidad financiera», señaló, sobre todo debido a los riesgos inherentes por el elevado «apalancamiento» público y privado. De Guindos ha explicado que los presupuestos de Estados Unidos van a contribuir a aumentar su déficit y el compromiso alcanzado en el seno de la OTAN para elevar el gasto en defensa al 5% también ha obligado a relajar las reglas fiscales.
Por último, no ha querido terminar sin dedicar unas palabras a la importancia de la independencia de los bancos centrales a la hora de tomar decisiones que contribuyan a la estabilidad económica y financiera de los países. En pleno debate en Estados Unidos sobre el papel que debe jugar la Reserva Federal y las presiones que está recibiendo del Gobierno de Trump, el vicepresidente del BCE ha insistido en que la credibilidad de los bancos centrales ante los mercados financieros ha sido clave para contener la inflación y asegurar tipos de interés bajos. De Guindos ha recalcado que para ello es clave salvaguardar su independencia.
Frente a la tentación de los gobiernos de intervenir sobre la política monetaria, De Guindos recordó que fue la credibilidad del BCE lo que permitió salvar la crisis inflacionaria que provocó el alza de precios tras la pandemia. «Fue la expectativa de los mercados de que se iban a controlar la inflación lo que evitó una espiral precios-salarios. Un banco central dependiente del gobierno, desde mi punto de vista, es la ruta más evidente para aumentar la política monetaria para financiar la política», sentenció.
